domingo, 10 de julio de 2011

Derróte al Gigante

Eso fue lo que escuche cuando fui y hable con una amiga especial, aquel día entendí que soy fuerte como un león cuando Dios y yo peleamos la batalla, que Dios me ha dado muchas armas y me ha vestido de una coraza tan fuerte que nada ni nadie puede atravesarla. Las armas que Dios me ha dado son su palabra santa y limpia, el ayuno y la oración…vaya que no son pocas, que bendición.
Mi Dios en quien confié hace mas de 15 años es el mismo quien me habla hoy y quien me pide fortaleza, estoy convencida que sin el nada habría logrado, acepto ser fuerte, acepto vencer mis gigantes y ser una mujer de victoria y propósito.
El camino es duro y lleno espinas y piedras pero hay una esperanza, esa esperanza es Jesús quien tiene la respuesta para vencer mis tumores, angustias, aquello que aflige mi corazón y no me deja dormir, aquello que no sé que es,  pero está ahí estorbando y deteniendo mi crecimiento espiritual,  hoy vencí al gigante más grande el resto será más fácil derribar al resto. Entendí que faltan muchos gigantes por derrotar en mi vida, ahora lo sé, conozco quienes son, como visten y como se llaman, he aceptado que los tengo pero que ellos no son más fuertes que mi Dios, no lo son.
He decidido de aquí para adelante poner mi mirada en mi Dios, mis ruegos hacia El, he sentido que me escucha…siento su amor y su consuelo. Cuando mis lagrimas caían Dios era quien limpiaba mi rostro fue hermoso sentirlo, el amor de este mi Dios es lo que ahora llena mi vida y mi corazón.
Las palabras de un buen amigo quien también ama a Dios con todo su corazón me animan, me da las fuerzas que necesito para seguir, siempre que lo escucho hablar de El siento su amor y su cariño por Dios tan maravilloso….gracias querido amigo por regalarme tu tiempo y  tu amistad, eres muy importante para Dios y para mi.

viernes, 8 de julio de 2011

Que interesante artículo...leelo estoy segura que te gustara.


Agustina Lanusse
Para LA NACION
"La misión de la escuela ya no es enseñar cosas. Eso lo hace mejor la TV o Internet." La definición, llamada a suscitar una fuerte polémica, es del reconocido pedagogo italiano Francesco Tonucci. Pero si la escuela ya no tiene que enseñar, ¿cuál es su misión? "Debe ser el lugar donde los chicos aprendan a manejar y usar bien las nuevas tecnologías, donde se transmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo", responde.
Para Tonucci, de 68 años, nacido en Fano y radicado en Roma, el colegio no debe asumir un papel absorbente en la vida de los chicos. Por eso discrepa de los que defienden el doble turno escolar.
"Necesitamos de los niños para salvar nuestros colegios", explica Tonucci, licenciado en Pedagogía en Milán, investigador, dibujante y autor de Con ojos de niño, La ciudad
de los niños y Cuando los niños dicen ¡Basta!, entre otros libros que han dejado huella en docentes y padres. Tonucci llegó a la Argentina por 15a. vez, invitado por el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, a quien definió como "un lujo de gobernante".
Dialogó con LA NACION sobre lo que realmente importa a la hora de formar a los más chicos y dejó varias lecciones, que muchos maestros podrían anotar para poner en marcha a partir del próximo ciclo escolar.